LAS CIUDADES DE LA CONGESTIÓN
- Cristhian Allaico
- 5 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Por: Cristhian Allaico
Universidad de Cuenca
Facultad de arquitectura y Urbanismo
Opción Conservación del Patrimonio
La planificación de las ciudades en la mayoría de los casos ha estado determinada por la política y la economía en beneficio de sus intereses, soslayando los intereses sociales y humanitarios. Siguiendo el sentido lógico, cada área debe ser liderada por profesionales con una formación y conocimiento profundo de cada tema, los arquitectos sobre todo están cada vez más limitados por el sistema actual, reducen su esfuerzo a ordenar y controlar las ciudades desde una dimensión espacial, dejando de lado un sinfín de cuestiones que quedan archivadas y que su reflexión atenta contra la estabilidad de este vil sistema. En definitiva, las políticas de gobierno y el sistema económico modelan el funcionamiento de nuestras ciudades, no es un problema de competencias sino de intereses.

Imagen 2. Aglomeración de personas en mercado de Cuenca "El Arenal".
Fuente: Diario El Comercio
Ya en la configuración de la ciudad, el problema es evidente en esta crisis, centralidad y privatización de servicios generan grandes especulaciones, desplazando a la población a zonas menos favorecidas, hacinadas y precarias en muchos casos, aumentando la brecha de la desigualdad. Esta emergencia sanitaria, está desnudando los problemas de este tipo de ciudades, este agente viral devela una realidad que no hemos visto hasta ahora, mas que de algunos aspectos como la economía urbana, transporte, gestión de suelo, y que hoy tiene que ver con los problemas de la aglomeración y su nula resiliencia ante este tipo de eventos. La ciudad de la aglomeración (servicios y personas) se convierte en un vehículo de contagio, un medio potente de proliferación del virus. Es común ver en la televisión o redes sociales, noticias en donde los mercados están abarrotados de personas, centros históricos (donde se concentran los servicios bancarios) con filas interminables de personas, multitudes en las calles recorriendo grandes distancias para acceder a los servicios básicos en este periodo, haciendo uso del transporte motorizado potenciando el problema, etc.

Imagen 2. Aglomeración de adultos mayores para el cobro de jubilaciones en Guayaquil.
Fuente: Diario Metro Ecuador
Los usos de suelo son cada vez más dependientes, separando y concentrando usos aislados. A medida que nos alejamos de las áreas centralizadas, nos alejamos de nuestros derechos, de los servicios, de las oportunidades, etc. Y por otro lado seguimos viendo el suelo como una materia inerte y no como un organismo. El corona-virus obliga a la movilización de las personas en busca de servicios que le permitan subsistir. Más allá de los problemas sociales tan evidentes en nuestra sociedad, la forma y organización de nuestras ciudades fomentan los problemas sanitarios. ¿De qué sirve la cuarentena, el aislamiento, las medidas dictadas por el gobierno, si no hay otra opción, salir o no salir significa vivir o morir, si la mayor de las presiones es que la gente busca acercare a los lugares donde se provee servicios? Hay que repensar el modelo de ciudad que queremos, exigir una planificación más justa, más humana, construir una sociedad con política y economía centrada en el derecho y protección a la vida. La ciudad dispersa se presenta como un modelo alternativo, concebir esta como una estrategia sanitaria ya que permite pensar en escalas más humanas, más autónomas como las barriales, es decir en lógicas locales.
Una luz de esperanza
El barrio, como unidad territorial, en este sistema de planificación ha perdido su esencia, el barrio se ve reducido a su capacidad de control urbano. Pero en este tiempo de cuarentena, el barrio está resucitando, su dinámica como focalizador de actividades y de prestación de servicios (inclusive de apropiación simbólica e identidad colectiva) se está convirtiendo en una solución, apoyando a los micro negocios y los micro mercados, donde se observa un sistema jerárquico de funcionamiento que está evitando los grandes desplazamientos y acumulación de personas. Se puede observar a personas que debido a la situación económica que genera esta crisis, buscan una alternativa para combatir sus problemas, se están convirtiendo en comerciantes minoristas de productos agrícolas, usando y reviviendo el espacio público inmediato (vereda), dando una solución al desabastecimiento de alimentos. Hay que reflexionar sobre el concepto de barrio, de su capacidad de generar una micro economía con beneficios colectivos y de mejora de la calidad de vida
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